Poder profundizar en el tema de la música desde la Cábala es hablar de la música primigenia (La música original) que surgió en el Tzimtzum Alef- Tzimtzum Bet, donde nació el universo en el cual como fragmentos divinos fuimos sellados con la chispa musical gracias a esa copulación energética cuyo designio obedece a la Voluntad del Ein Sof.
¿Qué es música? Terrenalmente se nos ha enseñado que es el arte de organizar sensible y lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios respetando los principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo. Esa es una definición completa y compleja, pero la música es mucho más que dicho concepto, el cual se queda corto. La música trasciende a cada uno de los niveles del alma (Nefesh, Ruaj, Neshamá, Jaiá y Iejidá) y es análoga con el Árbol de la Vida. Así es como nos encontramos con un nuevo concepto: La Metamúsica (más allá de la música).
Desde la perspectiva Cabalística Hebrea, hay una analogía entre la creación del universo y la música ya que ambas son una manifestación organizada de la energía tomando en cuenta ciertos principios fundamentales de Armonía, y es esta palabra “Armonía” que nos lleva a pensar que todos andamos en busca de estar en armonía con la Creación y con uno mismo.
Debemos estar conscientes de que nuestros sentidos físicos son limitados, no somos capaces de escuchar ni ver todo el rango-espectro de sonidos y colores, apenas escuchamos un rango de ondas sonoras de entre 20 hertz y 20,000 hertz, y a medida envejecemos, ese rango se va reduciendo. Además no podemos ver más allá de 400 y 700 nm (nanómetros) de todo el espectro de ondas electromagnéticas (luz visible por el ser humano); es decir, existen energías ocultas a nuestros sentidos físicos, por lo cual nuestro trabajo será lograr captar las energías subyacentes que se logran manifestar en el alma Nefesh la materia (Asiá o el universo de la acción) que vienen de universos superiores para poder conectarnos con esa armonía, con El Infinito, lo cual traerá armonía y sanidad a nuestro cuerpo.
Estamos hechos de pura música y no es de extrañarse que al escuchar una armonía, el sonido melódico de las aves, el sonido de las olas del mar, el sonido del viento y el palpitar de nuestro corazón por mencionar algunos sonidos de este planeta, algo sucede en nuestro interior y el alma Nefesh lo sabe.
Científicamente se ha demostrado que nuestras células pueden ser estimuladas a través de ondas sonoras y electromagnéticas a una determinada frecuencia, esas vibraciones llegan a nuestros sentidos perceptuales y en el caso de nuestros oídos son los encargados de transformar esas vibraciones en impulsos eléctricos a través de las células ciliadas haciendo sinapsis con las neuronas que están en los ganglios nerviosos del oído interno, es así como esa energía llega a nuestras células luego al átomo, electrón, protón y neutrón, quark y por último a los filamentos (Cuerdas) nombrados por la teoría de cuerdas, los antes mencionadas están vibrando constantemente.
En el Árbol de la Vida desde Keter hasta Maljut existe una armonía que llena cada dimensión dando un tipo de afinación como quien busca afinar una guitarra. La música desempeña una función fundamental, nos conecta y nos coloca en sintonía con aquella música que fue ejecutada por el Ein Sof en el origen de la creación del universo.
¡Muévete al ritmo de tu nota!
Por: Dani Blanco